que los cristianos puedan servirle aquí, y su mayor responsabilidad es rescatar de la destrucción a otras almas perdidas trayéndolas al evangelio de Cristo. No obstante, el cristiano que pierde la fe no es útil para ese propósito, es como la sal que ha perdido su salinidad. Técnicamente, eso no le puede pasar a la sal ahora, pero sí le podía pasar a alguna sal impura del tiempo de Jesús. Esa sal no se regaría en el campo porque secaría la vegetación. Desde luego que no era apta para comer ni servía
Page 66